San Nicolás de Myra, también conocido como Nicolás de Bari, figura entre los santos más reverenciados y amados tanto en la Iglesia católica como en la ortodoxa. Reconocido como el patrón de los niños, los jóvenes, las doncellas que se encaminan hacia el matrimonio y los marinos, su legado como obispo del siglo IV en Myra, ubicada en Asia Menor (hoy en día Demre, Turquía), está envuelto en una nebulosa de leyendas y fervor religioso.
La información histórica disponible sobre San Nicolás es escasa, pero se especula que nació en el siglo III d.C. en Patara, Turquía, en el seno de una familia acomodada y piadosa. Su infancia estuvo marcada por la pérdida de sus padres durante una epidemia, situación que lo llevó a heredar su fortuna. Sin embargo, en lugar de aferrarse a la riqueza, Nicolás optó por seguir los preceptos evangélicos de Jesús, vendiendo todas sus posesiones para ayudar a los necesitados. Este gesto altruista se convirtió en el epicentro de su vida y sirvió de inspiración para numerosas leyendas posteriores.
El Sendero hacia el Episcopado
Nicolás abandonó su lugar de origen para establecerse en Myra, donde ascendió al cargo de obispo. Existe una leyenda relacionada con esta designación. Se cuenta que el obispo de Myra falleció de manera repentina, y que el clero, reunido para elegir a un sucesor, recibió una revelación divina: el primero en ingresar a la iglesia a la mañana siguiente sería el nuevo obispo. Gracias a su ferviente vida de oración, San Nicolás fue el primero en cruzar el umbral de la iglesia y, por ende, fue seleccionado como obispo.
Durante su episcopado, San Nicolás enfrentó la feroz persecución de los cristianos por parte del Imperio Romano bajo el gobierno del emperador Diocleciano. A pesar de ser sometido a torturas y encarcelamientos debido a su fe, el santo mantuvo su integridad espiritual y su devoción hacia Cristo.
Las leyendas relatan numerosos milagros atribuidos a San Nicolás durante este oscuro período. Se dice que intercedió para liberar a personas injustamente condenadas a muerte, incluso deteniendo la espada del verdugo. En otra ocasión, intervino para salvar a tres niños inocentes que habían sido asesinados por un carnicero malvado, devolviéndoles la vida. De esta leyenda surge su papel como protector de los niños.
Aunque no existen fuentes seguras que lo confirmen, se cuenta que San Nicolás participó en el famoso Concilio de Nicea en el año 325 d.C., convocado para abordar la herejía del arrianismo. A esta supuesta participación se le asocia un incidente transmitido por la tradición. Durante el concilio, el santo se sintió tan indignado con los arrianos que llegó a abofetear a uno de ellos, siendo encarcelado como resultado de este acto.
La Muerte y la Canonización
San Nicolás falleció el 6 de diciembre, probablemente en el año 346 d.C., y fue canonizado por aclamación popular. Su festividad se convirtió en un momento para llevar a cabo obras de caridad, especialmente hacia los niños, una tradición que perdura hasta hoy en día.
La tumba de San Nicolás en Myra pronto se convirtió en un lugar de peregrinación y veneración, donde numerosos fieles atribuían milagros y favores recibidos a su intercesión. Sus reliquias fueron consideradas milagrosas desde tiempos antiguos, gracias a un líquido misterioso conocido como "Manna de San Nicolás", creído por los devotos como un don divino con poderes taumatúrgicos. En el siglo XI, una expedición naval partió de Bari, Italia, con el propósito de adquirir las reliquias del Santo. Su cuerpo fue trasladado a Bari, a la cripta de la Basílica erigida en su honor, la cual sigue siendo objeto de veneración por parte de los fieles hasta el día de hoy.
Las Leyendas de San Nicolás
Una de las leyendas más célebres sobre San Nicolás relata la historia de tres jóvenes pobres que estaban en peligro de no poder casarse debido a la falta de una dote. San Nicolás intervino en secreto arrojando bolsas de dinero por la ventana de su casa durante tres noches consecutivas, lo que les permitió contraer matrimonio y evitar una vida de desdicha. Por este acto de generosidad, se le considera el Patrono de las jóvenes en busca de esposo.
Otra leyenda sobre San Nicolás narra un milagro durante una tormenta en el mar. Se dice que mientras el santo viajaba hacia Tierra Santa en barco, una violenta tormenta amenazaba con hundir la embarcación. Con el poder de su oración, San Nicolás calmó las turbulentas aguas y salvó a la tripulación de la ruina segura. Desde entonces, el santo es invocado por los marineros en apuros como su protector y guía durante los peligrosos viajes marítimos.
El Culto de San Nicolás
San Nicolás es celebrado los días 7, 8 y 9 de mayo en Bari, con motivo de la translación de sus reliquias, y el 6 de diciembre, día en que se acostumbra llevar dulces y regalos a los niños.
En la Iglesia Ortodoxa Rusa, San Nicolás recibe una veneración extraordinaria, a menudo siendo representado como la tercera figura más importante después de Cristo y la Virgen con el Niño en el iconostasio de las iglesias.
En los Países Bajos, la festividad invernal de San Nicolás, conocida como "Sint Nikolaas" o "Sinteklaas" en neerlandés, es una tradición arraigada que se celebra el 6 de diciembre. Durante esta festividad, los niños reciben regalos y dulces, manteniendo viva la antigua costumbre asociada con San Nicolás.
El culto a San Nicolás ha trascendido las fronteras nacionales, influyendo en culturas y tradiciones de todo el mundo. Por ejemplo, los colonos holandeses llevaron el culto de San Nicolás a Nueva York, donde surgió el mito norteamericano de Santa Claus, también conocido en Italia como Babbo Natale. Esto demuestra la importancia y la duradera influencia de San Nicolás en la cultura global.
La figura de San Nicolás sigue ejerciendo una enorme influencia espiritual y cultural en el mundo cristiano, como lo demuestran su amplia veneración y la abundancia de santuarios e iglesias erigidas en su honor.