Sexto mes del año, de la Libertad o del Sol, dedicado a la Diosa Juno, entre lo Sagrado y lo Profano, Junio es un mes cargado de acontecimientos no solamente religiosos.
Entre los grandes Santos del mes del Sol recordamos a Antonio, Juan el Bautista y los Santos Pedro y Pablo.
Mientras que las celebraciones del amadísimo San Antonio comienzan a principios de mes con la conocida Trecena, oraciones diarias de trece días a través de las que se piden Gracias, las celebraciones de Juan, Pedro y Pablo comienzan recién hacia finales de mes.
En Roma, las celebraciones de estos tres Santos tienen un sabor especial.
La Noche de Roma del 23 al 24 de junio, cuando cae la fiesta de San Juan, es sumamente importante.
La famosa Noche de Brujas, en la que lo Mágico y lo Profano se mezclan, constituye uno de los Eventos más esperados y rememorativos de la Tradición Precristiana y, por qué no, religiosa también.
Según la tradición, la noche antes de San Juan, las Brujas se reunían ante la Basílica dedicada al Santo para recoger las almas de Herodías y Salomé, quienes solicitaron que el Santo fuese decapitado.
Lo Sagrado y lo Profano se unen: de hecho, según la tradición, las Mujeres se convirtieron en las protagonistas indiscutidas de la Noche.
Vestidas con prendas de hombre, ya que no podían entrar en la Basílica por ser las culpables del Martirio del Santo, provocaban a los hombres pidiéndoles propinas.
Entre Fogatas, Bailes, «Cenas» en Tabernas, distribución de Agua Bendita y de Hierbas, la Noche de San Juan se prolongaba hasta el amanecer del día siguiente.
Seguía hasta que el disparo del cañón del Castillo recordaba al buen Cristiano que era el momento de dirigirse a la celebración religiosa en honor del Santo, con la Misa presidida por el Santo Padre.
Otra fecha que no hay que olvidar es el 28 de junio, este día marca el comienzo de los festejos de los santos Patronos de la Ciudad.
La Víspera de la fiesta de los Patronos comienza justo en el Vaticano cuando el Pontífice viste la estatua de San Pedro. Le siguen la oración de Vísperas y la bendición de los Palios.
Ambos Mártires Cristianos recibieron la muerte el mismo día: el 29 de junio. Mientras que Jesús confió a uno de ellos, concretamente a Pedro, la construcción de la Iglesia (Mateo 16, 13-20).
Junio es un mes cargado de eventos y no solamente religiosos desde un punto de vista profano, este hermoso mes marca la transición de la primavera al verano.
El 21 de junio, solsticio de verano, es el día más largo del año.
A partir de ese momento las horas de luz comienzan a reducirse respecto a las de oscuridad. La luna le gana terreno al Sol.
No es ninguna casualidad si la piedra de la Suerte de este Mes es la Perla. También se la conoce con el nombre de Lágrimas de la Luna, entre las dos hay semejanzas claras, como la forma esférica y los colores, esta asociación entre la Perla y la Luna nos hace pensar indefectiblemente en la Femineidad, la Elegancia, la Mujer.
Por lo tanto, junio es una oportunidad para conmemorar a cuatro grandes Santos y también para celebrar a la Mujer, Perla entre todas las Perlas.